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jueves, 30 de mayo de 2013

dudas

Sé que me oyes, que escuchas mi clamor, que tus oídos están atentos a mis súplicas. Estoy aquí, a la merced de las olas. En medio de la tempestad quiero mirarte y fijar mi fe en ti, pero las dudas me asaltan y me cuestiono si todo lo que me prometiste fue real o escuché lo que quería oír. Y cuando creo que alcanzo la orilla, las olas vuelven a sumergirme en un mar de dudas. ¿Me has prometido que tendré todo lo que te he pedido? ¿Se lo prometiste a otra mujer y yo robé la promesa sin tu consentimiento? ¿Soy yo la mujer que esperaba y que sus cadenas serían quebradas o era otra la afortunada que acaparó todas las bendiciones? Y de nuevo a lo profundo, con el vaivén de las olas, con la incertidumbre de la duda. Y quiero fijar mis ojos en ti, pero no puedo, porque no puedo tener la certeza de unas promesas que no sé si me las han pronunciado. Y la duda me aflige, porque mis pies no alcanzan el suelo firme y oscilo en una insana agonía. Lo que un día me consuela, el otro desaparece. No quiero ser inconstante, no quiero ir y venir con mis dudas, ahogándome en un océano cuando podría haber descansado en suelo firme, entre tus brazos.

Dame la certeza de tus promesas. Comencemos de cero. No puedo seguir en la incertidumbre, no quiero dudar de tu palabra, no soy así, nunca me gustaron las personas inconstantes y no quiero convertirme en una de ellas, pero me está faltando la fe, a días. Y sé que es irracional, que tus promesas no mudan, que tu misericordia es constante. Soy yo la que cambio, la que dudo, la que resbala mi pie y pierde el contacto con  el suelo y me dejo llevar la por la corriente. Sujétame fuerte, endereza los caminos torcidos. Lléname con tus promesas, ayúdame a no separar mis ojos de ti y que la corriente no me vuelva a arrastrar al horizonte. No quiero dudar más. Lléname con certezas.


martes, 28 de mayo de 2013

Esperando tus promesas

He vivido perdida, sin saber qué camino escoger, dando tumbos por la vida esperando un milagro. La vida no es justa y me he estado apoyando en mi propia prudencia durante demasiados años. Y aquí estoy, encorvada, presa en mis propias decisiones. Encarcelada en unas circunstancias que, no siempre, he elegido. Pero aquí estás tú introduciendo aire en mis pulmones, susurrándome promesas al oído. Tal vez suene a locura, pero sé que enderezarás mis caminos torcidos, abrirás puertas de bronce y quebrarás cerrojos de hierro. Todo lo que estuvo oculto me lo mostrarás, por amor a tu nombre. Soy consciente de mis errores, mis pecados no te son ocultos, y a pesar de ello, me amas y me mostrarás el camino donde debo andar. 

Todos me llamaban rebelde y por eso me has puesto a prueba. Aquí estoy, esperando a que endereces mis veredas, a que abras las puertas que  me fueron cerradas antaño. Pues si tú condeces ¿quién denegará?

Te oigo, murmurando, lo que harás en mi vida. Tal vez suene a locura, pero creo en tus promesas.
Aquí me tienes. Estoy torcida, restáurame. Estoy presa, abre puertas. Me niegan el acceso, quiebra candados imposibles. Y ahora sé que ya no sigues enfadado conmigo, que perdonas todas mis iniquidades, que soy la niña de tus ojos. Solo te pido una cosa: mientras me enderezas, abrázame y no me sueltes.

Yo cuando me creía las mentiras (año 1981-82)

Yo cuando dejé de creérmelas y me supe perdida ( año 1999)

 Cuando me encontré (2009). Espero en sus promesas.

lunes, 6 de mayo de 2013

Espero


Espero de pie, impaciente. Clamo al cielo y solo el silencio regresa a modo de respuesta. No te oigo. Tal vez no sepa escucharte. Mis sueños te pertenecen. Abres puertas y nadie puede cerrarlas, las cierras y nadie logra, ni siquiera, entornarlas. Espero tu voz como luz del alba. Mis huesos entumecidos por el sufrimiento anhelan la calidez de la esperanza. Exclamo súplicas, no me respondes. Mi alma se funde en lágrimas. Mis sueños luchan por poder estirar sus alas y volar bien lejos. Todo depende de ti, de tus tiempos, de tu misericordia. Alzo mis manos y abrazo el vacío. ¿Dónde estás? ¿Callarás para siempre? Mas sigo clamando, rogando, bramando la desesperación que necesita ser disuelta con respuestas. Espero de pie, preparada. No pienso vivir de rodillas.

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