Vale... lo sé... éste no es el Mesías... es Messi, el crack del Barça. Es que he estado buscando alguna ilustración de Jesús, el Mesías, y ninguna me ha acabado de gustar, todas están tan... occidentalizadas... todos se olvidan que Jesús era feo y distaba mucho de ese Jesús atractivo, blanquito de piel y con los ojos azules. En fin. Que me he decidido por Messi. ¿No dicen que Maradonna es el dios del fútbol y Messi el mesías? pues eso... ¡¡¡Força Barça!!! Ay no, que me pierdo.
Mi pensamiento de hoy no es acerca del fútbol, sino del servicio.
Cuando tenía veinte años no sabía decir que NO. Así que me comprometía a ayudar a todo el que me lo pidiera. En mi iglesia local hacía escuela dominical con los niños, dirigía la alabanza al piano, me metí en un grupo de teatro e incluso era uno de los líderes de jóvenes con gente apenas dos años menores que yo. Era la responsable del área artística... ya hablaré otro día sobre esa experiencia.
También dirigía el esplai de las tardes. Era un espacio donde los niños del barrio sin recursos venían a jugar y a escuchar historias de la Biblia... hasta que se prohibió por ley y solo cuidábamos de los niños educándolos en valores. Era un imán para las personas que tenían problemas, he sido el pañuelo de mucha gente. Me gustaba. Me hacía sentir útil.
El pero vino después. Caí en una depresión, entre otras cosas, por la presión que acarreaban mis espaldas. Dámaris siempre estaba disponible para sacar las castañas del fuego a la gente y, por lo tanto, la gente acudía a mí... hasta que estallé.
No me gustan las personas egoístas, creo firmemente que no aportan nada a esta sociedad, porque todo se lo quedan ellas. Por su culpa las personas con actitud de servicio se queman. Trabajan y trabajan forzando máquinas hasta que los engranajes se desgastan y dejan de funcionar. Luego la reparación es costosa y nunca quedan igual. Conozco a gente igual de entregada por los demás, pero siempre les doy el mismo consejo: "cuídate" "no te olvides de tí, porque si no cuidas de ti mismo los demás no lo harán". Desgraciadamente así era en mi caso... y en la de muchos. La gente utiliza a la gente para su propio provecho y luego las desecha cuando ya no son útiles. Estoy en contra de exprimir a los que sirven como si fueran una naranja y ver cómo se pasan sus vidas intentando reponerse de sus heridas.
No estoy diciendo en ningún momento que hay que ser más egoístas, como ya sabéis, odio ese defecto. Por el contrario, hay que saber distinguir entre el bien y un bien mayor.
Un gran hombre me dio el mejor consejo de mi vida:
"¿Sabes que tú no eres Dios?" me dijo en una ocasión. A lo que afirmé con los ojos desorbitados por mi sorpresa. "Tú no eres el Mesías" Sentenció. "Incluso el apóstol Juan lo dijo en una ocasión (Ev. Juan 1:20). Tú no vas a salvar al mundo. No tienes las fuerzas sobrehumanas para hacerlo. La gente no puede pretender que salves al mundo. Tienes que aprender a decir "Yo no soy el Mesías"., que hay cosas que te superan y que debes aprender a no sentirte culpable por no poderlas solucionar. Eres humana. No eres el Mesías"
A raíz de ese momento tuve que plantearme qué batallas podía luchar y qué batallas debía abandonar en manos de otros. De esta manera, con unas espaldas menos cargadas, se pueden ayudar a más personas. Porque las máquinas siguen en funcionamiento a pesar de haber trascurrido muchos años.
No. No soy el Mesías, os lo aviso. Si algún día dejo de escribir es porque necesito un descanso de mis tres hijos y estoy durmiendo. Nadie somos el Mesías... por lo que CUIDAROS. Aunque podamos ayudar a mucha gente no podremos salvar a la humanidad. No os sintáis culpables. Yo todavía estoy en el proceso de mentalizarme.
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ResponderEliminarSee you.