En momentos de obcecación uno piensa que los prados de otras latitudes son más verdes, que el cielo luce más azul y que el aire es más limpio. En circunstancias poco razonables puedes llegar a creer que hay un paraíso ahí afuera esperándote.
Tal vez en algunos casos sea así, pero normalmente el refrán que más me repito cuando esos pensamientos me asaltan, mintiéndome, es que "en todas las casas cuecen habas" Que si hay más verdor en otros lados es porque habrá más lluvia y más barro, que no todo es perfecto y que cuando se vayan las nubes que me atoran seré consciente de que mi prado es igual de hermoso, con su verdor justo, su cielo inmenso y su aire respirable y saludable, que la belleza está en cualquier lado.
El desaliento puede sobrevenirme a veces, pero no le dejo demasiado hueco en mi cabeza. Soy afortunada, solo tengo que mirar al lugar correcto.
Tu post ha empezado como la canción Bajo el mar, de La Siorenita:
ResponderEliminarNo pienses que en otros lagos
las aguas más verdes son
tu sueñas con ir arriba
que gran equivocación
La vida de nuestros peces
no tiene comparación,
qué puede haber allá afuera
que cause tal emoción
Bajo el mar
bajo el mar...
;-)
es una verdad universal :)
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