A medida que nos hacemos mayores, los días son más cortos, los meses se doblan provocando que el paso de uno a otro sea apenas perceptible.
Los niños vuelven al colegio, el verano se ha escurrido más rápido que sus toallas y bañadores. Crecen tan deprisa que te hacen envejecer el doble en la mitad de tiempo.
Mas la rutina sigue, los sueños avanzan a paso lento y las fuerzas se renuevan tras otro inesperado milagro.
La vida sigue, para ellos y para mí.
El tiempo corre.
Permitid que vaya a trabajar en mis sueños.
PD: Feliz lunes.
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