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martes, 26 de junio de 2012


Cada vez se me hace más difícil encontrar un tema del que escribir porque mi mente está demasiado ocupada intentando resolver problemas y las prioridades están claras. El nuevo trabajo y sus complicaciones dentro y fuera, compaginar la vida laborar y familiar, la economía, el cómo trabajando y sus gastos en comedores, niñeras y coche me ahogan dejándome 200€ limpios tras ocho horas de trabajo. Estoy ocupada en sobrevivir el día a día intentado ver la parte positiva de todo: cotizo, cosa que miles de personas no tienen la suerte de afirmar.

Intentando resolver lo del casal de artes, de encontrar tiempo para seguir con la escritura de mi segundo libro y dibujar el argumento de los siguientes capítulos, intentando encontrar tiempo para ayudar a mi hijo mayor y a mi hija pequeña a realizar ejercicios de logopeda para su pronunciación. Intentando que el ritmo de la vida no me consuma el tiempo que debería pasar con mi Padre. Ocupada en recordar que  se me manda a tener amor y no razón, a devolver bien por mal, a ser paciente y apretar los dientes ante los ataques de otras personas. A vivir el momento y a saber que tengo tantos frentes abiertos que me es imposible abordarlos todos y ser paciente conmigo misma.

Algo estoy aprendiendo de todo esto: a veces la perfección sólo te sirve para bloquearte, por lo que de vez en cuando hay que dejar la manga ancha y seguir respirando, seguir caminando, seguir intentándolo.

Cada vez se me hace encontrar un tema del que hablar porque mi mente está demasiado ocupada en miles de temas que podría compartir con vosotros. Paradójico... ¿no?


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