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Ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que escribí en el blog y, a pesar de ello, los días han ido transcurriendo formando semanas, meses y años. Los sueños, expectativas y proyectos han ido cambiando, incluso muriendo. A veces miro atrás y me pregunto si renunciar a ese sueño fue lo correcto o si una huída hacia delante hubiera sido la solución.
Mas la vida no se detiene mientras nos decidimos por qué camino proseguir. Transcurre con una sonrisa burlona empujándote a tomar cualquiera de las opciones viables que se te presentan, urgiéndote a no perder más aquello que no puedes recuperar (el tiempo) y trazando nuevos caminos más sensatos y productivos aunque no te llenen el alma como aquello a lo que renunciaste.
La vida sigue y yo sigo con ella, sin detenerme, aunque dudando de si el camino que dejé era el correcto.
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