Permite que abra la ventana y vuela conmigo. Déjame mostrarte lo que se siente al notar el aire en el rostro. Dame la mano y acompáñame en el viaje. No te quedes sentado, levántate y vuela a mi lado. No me pidas que me corte las alas, porque sabes que lo haré, por ti. No me pidas que me quede encerrada, porque lo haré si me lo pides. Necesito volar, es mi condición. Vuela conmigo. No me ruegues que ampute mis alas por ti, porque a ciencia cierta sabes que no dudaría en hacerlo, por ti, morir en el suelo, petrificada, soñando con el cielo, con el viento. Pero estás aquí, con las ventanas cerradas y no me muevo, porque mi lugar es donde estás tú, pero mis alas duelen y necesitan ser estiradas. Abre la ventana y vuela conmigo, déjame libre y sé libre conmigo. No asegures los cerrojos, deja que entre la brisa. Vuela conmigo. No me pidas que me quede más tiempo agazapada tras la sombra de estos muros... porque lo haré... si tú sigues aquí. Vuela conmigo, deja que utilice mi esencia. Vuela conmigo. Abre las ventanas, derriba la puerta y seamos libres. No te conformes con esto. No me ates las alas. Vuela conmigo... o me quedaré encerrada para siempre... contigo.
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La madre que anhelaba ser escritora by Dámaris García Puga is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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