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martes, 11 de octubre de 2011

Ante la crisis...


Ayer escribí una entrada sobre lo mucho que me preocupaba tener el agua al cuello. Momentos más tarde se levantó mi marido, que ahora está de baja por una operación de menisco, y estuvimos hablando del asunto. Él lo ve tan fácil... me encanta su manera de ver el mundo, por eso me casé con él.

Reconozco que al principio me molestó su pregunta "¿por qué te preocupa nuestra economía?", a los que yo le respondí "¿¿¿Y TU QUÉ CREES??? Samuel necesita ropa y zapatos, Hannah también. ¿De dónde lo vamos a sacar?" Carlos se limitó a hacer números. "A ver... ¿qué nos falta por pagar? esto, esto, esto... ummmm... bueno, ahí lo tienes. Si vamos a esa tienda de zapatos tan barata de Gerona y luego vamos a la otra que tiene ofertas... podemos comprarle los zapatos y dos pantalones al Samuel. El mes que viene... el chándal. Y arreglado. A la tarde iremos a comprárselo. ¿sí? No te preocupes, no podemos comprarle toda la ropa que necesita de golpe, pero poco a poco... aprovechando que hacer algo de calor... Dios nos ayuda y nos va echando un cable cunado lo necesitamos."

"¿Pero luego qué?" le pregunté como si los problemas del día presente no fueran suficientes. ¿Qué pasará cuando se me acabe el subsidio?". Sabed que su mente solo alberga el presente.. "uy, quedan unos meses para eso". ¿Cómo puede obviar un problema tan gordo? Simplemente porque él tenía planeada la solución. "Cariño, llegado el momento le diré a mi jefe que trabajaré los sábados y haré una hora y media extra al día, con eso debería bastar para suplir los 400€ que te dan ahora. Y si no... pues trabajo de fin de semana"

Yo no veía con buenos ojos que él estuviera tanto tiempo trabajando, sacrificando de su tiempo mientras yo estoy de "brazos cruzados". Sin embargo, mi buen hombre, estuvo consolándome A MI. "Tú vas a estar con los tres niños, cariño, no estás de brazos cruzados. Te comes tú la educación, las tareas, las comidas, las broncas... te despiertas a la misma hora que yo... y yo solo voy a estar trabajando, riéndome de los chistes de mis compañeros y haciendo lo que siempre se ha hecho, hacer horas extras para llegar a fin de mes. Así es como se nos ha planteado la situación, yo encontré trabajo antes que tú y tú no encuentras nada. Si fuera al revés harías el sacrificio tú. Pero las cosas están así y así las afrontaremos".

Él lo veía tan natural... tan poco sacrificado por su parte, tan sacrificada por la mía. Yo lo veía al revés, un hombre que sacrifica tiempo y esfuerzo para darnos un techo y comida a fin de mes. Al final de todo dijo algo que jamás olvidaré: "jamás permitiré que paséis hambre"

Y recordé, a poco de hacer 10 años juntos, por qué me enamoré de él, por qué decidí pasar mi vida junto a él. 

Ante la crisis... AMOR.

6 comentarios:

  1. Yo os recuerdo al principio, cuando os hicisteis novios... lo recuerdo tal y como lo describes!

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  2. Es incrible que tú, siendo tan pequeñita en aquellos tiempos, te fijaras en nosotros y ahora te acuerdes de un monitor y de la que hacía fotos, jejejej. Pero es verdad. Las personas no cambian, pueden pulirse, pero son lo que son. :)

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  3. Querida Dama... ¿Sabes qué te digo? Podrías caminar por el pasillo de tu casa apartando billetes... pero si no tuvieras este marido no sé de qué te iba a servir. Para ser rica, por supuesto. Y una vez sunbsanado el problema...
    Eres muy afortunada. Gracias por compartir esta conversación. Un beso, escritora.

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  4. Sunsi: la verdad es que no hay mayor tesoro que el amor y de eso voy sobrada. Recuerdo que mi madre confesó que cuando comencé a salir con mi marido pensó ¿por qué con ese tan feo? , pero con el paso de los años ha entendido el porqué. No hay mayor tesoro para mí que mi marido (y mis hijos, por supuesto) Y como él bien dice... ¿te falta algo de lo necesario? Pues somos afortunados.
    Tienes razón, soy afortunada y jamás debería olvidarme de eso. un beso preciosa.

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  5. Dámaris, recuerdo que tu marido tenía un gorro como de piel que le dejaba a un niño revoltoso de su grupo, hijo de unos amigos de mis padres, que daba problemas. Y que lo trataba con muchísimo cariño.

    También que una vez, cuando ya sólo quedaba el equipo, comisteis con mi familia (mis padres, mi hermano y yo -que la peque aún no había llegado-) y hablasteis mucho con mis padres!

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  6. Bendita memoria, Alba!!! yo ni siquiera me acuerdo de lo que comí ayer, ajjajajaj. Ahora en serio, fueron años durillos y mi mente hizo un reseteado. Qué curiosa es la naturaleza, ¿verdad?

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