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viernes, 14 de octubre de 2011

La esperanza del brócoli

Las lecciones de esperanza aparecen cuando menos te las esperas.

Hace ya mes y medio que comencé a plantar mi huerto de invierno. Los primeros huéspedes fueron los puerros, las lechugas, las escarolas, las coles y algunos brócolis. Más adelante se sumaron coles de paperina, calçots y más brócoli. Los nuevos inquilinos serán las coles lombardas (si es que por fin las encuentro). 

A lo que iba, a pesar del vayado para perros, el venenos de caracoles y limacos, el veneno para hormigas y los herbicidas, había un factor con el que no contaba y con el que poco podía hacer: mi gato. Le gusta pasearse por el huerto, mearse en los calçots y escarbar en la única planta que no debe ser desenterrada. Un día, regando, me di cuenta de que una planta de brócoli había sido asesinada porque se habría arrancado el brote tierno de la punta, o sea, por donde crece la planta. Estuve tentada de arrancar la planta de raíz porque me ocupaba espacio y no iba a crecer más. ¿Para qué tener cuatro hojas ocupando el lugar de una planta con posibilidades de dar fruto? Justo antes de hacerlo decidí dejarla. "Tal vez no sea como los pinos que si se corta por la base se mueren... tal vez... no sé... ¿y si le crece más plantitas por la base?" Así que decidí darle una oportunidad y la dejé donde estaba, regándola, desperdiciando agua con la planta muerta.

Cual ha sido mi sorpresa hoy que de la base han crecido como seis brotes perfectos de brócoli. Miraba a las demás plantas y apenas tenían 1 brote, 2 o 3... aquella planta medio muerta iba a ser la más fructífera de todas.

A veces, en nuestra vida suceden imprevistos, accidentes, cosas que no puedes evitar y parece que te destrozan el día, el mes, el año o la vida. Muchas veces actuamos como yo quería hacer: cortar por lo sano, derrumbarse, pensar que todo está perdido, sin embargo, si solo dejamos tiempo, amor, cuidado y esperanza, aquello que parecía ser un terrible contratiempo, se puede convertir en un bien mayor. 

Nos rendimos demasiado deprisa, queremos las cosas al instante, si no salen bien a la primera desistimos... sin entender que la vida es mucho más compleja y hermosa que nuestra corta persistencia.

5 comentarios:

  1. Muy chula tu entrada, muy chulo tu blog, tu familia, y tú. Ánimo Dámaris!! (Ada de Reus)

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  2. ¡GRACIAS ADA!! pásate cuanto quieras :)

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  3. Dama, ¡parece un huerto casero! mi mujer siempre dice que le gustaría montar uno en la terraza...

    Es cierto, quizá a los urbanitas nos cuesta ver que las cosas requieren su tiempo, imagínate ahora con tanta tecnología a nuestra disposición como mengua la paciencia...Un Abrazo!

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  4. Qué buena reflexión, Dama. La envuelvo y la guardo. Es como la poda.. Parece que has achicado los arbustos, las plantas... y luego crecen con más fuerza. No tener miedo a que los acontecimientos nos "poden" aunque nos duela un poco... o un mucho.

    Gracias, escritora

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  5. Tomae: es una muy buena idea lo de montar un huerto en la terraza. Las macetas son buenas anfitionas para los huertos urbanos. Créeme, se aprende mucho con un huerto... sobretodo a tener paciencia, constancia, afán por solucionar problemas y disfrutar del fruto de tu esfuerzo.

    Sunsi: tienes razón, tenemos demasiado miedo a los contratiempos, pero no todos tienen un final triste.

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