Todo tiene su tiempo, al menos eso afirmó el rey Salomón. Tiempo de reír y tiempo de llorar.
No corren tiempos de escritura para mí. Los añoro... cuando respirar deja de ser, por un instante, doloroso.
Sueño con volver a mis novelas y personajes, pero tal vez retome aquella historia, la que en un principio soñé con escribir: la mía propia, mi alma, mi hogar, mi país, Cataluña. Su historia, sus luchas y su presente. Quisiera retomar el trabajo de documentación, recorrer más archivos históricos que me ayuden a ser fiel a lo que fuimos y nos ha hecho ser como somos. 7 años han pasado desde que comencé y, por miedo a no ser capaz de plasmar la verdad y la pasión de mi nación por una bandera teñida de sangre en el fragor de la batalla, dejé de lado el sueño y me dediqué a la novela que ya conocéis.
No sé si se acerca el tiempo de ser valiente y enfrentarme a mis miedos. No sé si debería centrarme en superar las batallas presentes o si, tal vez, volver al repiqueteo vertiginoso de un teclado provocado por una mente que escupe historias más rápido de lo que sus dedos son capaces de plasmar, sea el remedio a mi cansado corazón. Aunque perdonar sería un buen comienzo.
Hoy me concentro en respirar, quizás... mañana... llegue mi tiempo.
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