Hace años lloraba cada vez que me encontraba contigo, es decir... me hacías llorar. Aprendí a no hacerte caso y las lágrimas se desvanecieron por fin. Pero este último mes... es tan feo, tan feo, tan feo, pero que tan feo lo que haces... Corrí un tupido velo, ya se sabe... "uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice". Decidí callar, pero necesito gritar para desahogarme.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Es que es tan feo... tan feo... Oro para que la vida te cambie, que el de arriba te cambie y te haga apreciar lo que tienes. Los años pasan y aunque dicen que cada año nuevo trae una vida nueva... todo sigue igual que siempre.
If you want to translate the blog just select your language
lunes, 2 de enero de 2012
Año nuevo desprecios antiguos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

La madre que anhelaba ser escritora by Dámaris García Puga is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Entradas populares
-
Hoy, simplemente, os dejo con un poema que escribí a mis diecisiete años. PALABRAS MUDAS Esta poesía va dedicada a vosotras, las que nu...
-
Si habéis abierto la página porque os pensabais que iba a hablar de mi primera vez de... ya me entendéis. Lo siento, os voy a decepcionar,...
-
Mira mamá, una palmera piña. Tiene que tener una puerta... ¿qué tienen las palmeras piña por dentro? (No lo sé, como tampoco sé lo qu...
-
Cada vez se me hace más difícil encontrar un tema del que escribir porque mi mente está demasiado ocupada intentando resolver problemas y...
Bufas, Dama. Un buen meneo... Yo pasaba para desearte feliz año ... también que el o la de los desprecios consiga sellarse la boca con superglú.
ResponderEliminarY que «El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz» (Nm 6,24-26).
Un abrazo fuerte, querida escritora.
A veces no hace falta decir nada para despreciar, lo que uno hace, lo que no hace, los vacios emocionales. No estar... simplemente no estar. Pero para estar a disgusto es mejor ausentarse.
ResponderEliminarGracias por tu versiculo. Me lo apunto. Un besote enorme guapetona.
...muchas veces he querido callar, pero no he sabido hacerlo. Al final uno es como es y es difícil cambiar.
ResponderEliminarYo me he llegado a hacer sangre en la lengua, no por mí, sino por los daños colaterales. Y sí, tienes razón, es difícil cambiar, pero no imposible.
ResponderEliminar