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martes, 19 de abril de 2011

a gusto de ¿quién?


Hoy no me expandiré demasiado. Tan solo unas líneas que resumen nuestro dilema como padres. Los abuelos se hartan de decir que somos demasiado duros con nuestros hijos, que no debemos exigirles tanto. Algunos amigos afirman lo contrario, que a veces pecamos de blandos y poca mano dura. Mi hermana se solidariza conmigo porque educar a un hijo depende del lastre educativo que llevan los padres a sus espaldas y de la personalidad única de cada hijo.

Hoy hemos puesto el estado de sitio en casa. Hemos cortado privilegios, establecido nuevas normas, concretas, respondiendo con la necesidad de cada niño. Comenzaré a trabajar con ellos, desde el juego, para darles las herramientas que les hacen falta. Cada juego un objetivo, cada actividad un propósito. Ellos deberán cumplir con las nuevas normas para el correcto desarrollo de la vida. Yo, como madre, apretaré los tornillos de la máquina un poco más, si cabe, para ofrecer a mis hijos unos valores y una actitud respetuosa con el prójimo y el entorno. Esa es mi responsabilidad, da igual si me llaman floja o exigente. Nunca llueve a gusto de todos, así que lloverá a mi gusto y a mi conciencia.

5 comentarios:

  1. Haces bien. Nadie conoce mejor que tú sus limitaciones, sus capacidades, sus peros, y sus logros. A trabajar, y enhorabuena, valiente. Yo estoy contigo.

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  2. Me parece bien Dama, pero que sea al unísono a gusto de los dos...Más vale pecar de exigente (se puede hacer el despistado en alguna ocasión) ...que no alrvevés.

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  3. Ana: gracias por tu apoyo, ya iré comentando mis logros o mis frustraciones.

    Tomae: a estas alturas, casi 8 años de casados, ya no concivo la idea de tomar decisiones individualmente y menos en algo tan importante como la educación de unos hijos que llevan el 50% de ADN y el 100% de responsabilidad por parte de ambos. En realidad no me importa si me llaman blanda o dura, me importan si mis hijos están bien educados. Iremos calibrando el grado de dureza- suavidad que mis hijos necesitan para crecer en respeto y autonomía.

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  4. Ya nos irás contando cómo evoluciona todo!

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  5. Perdona, Dámaris... pero cuando te leía pensaba "¿y a santo de qué tanta gente metiendo las narices en la educación de estos niños?" A medida que van creciendo vas replanteando (vais replanteando) Y a por ello como una piña. Y si dicen, que dizan...

    Toy contigo, Dama (me gusta cómo te llama Tomae).
    Besos.

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