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lunes, 18 de abril de 2011

De esperanzas y desesperanza

El camino se hace largo, el calor insoportable, el agua de las esperanzas huyen a lagos subterráneos y te cuestionas ¿qué propósito tiene mi vida?, ¿para qué fui creado?. ¿Qué puedo ofrecerle al mundo? Y aunque sabes que tienes un mar que saciaría la sed de muchos perdidos en el desierto, como tú, miras alrededor y te parece que nadie quiere tu agua. ¡Estoy aquí! ¡ESTOY AQUÍ!

Tu voz suena hueca en la inmensidad del valle, sin llegar a oídos que oigan. ¿Estoy en el lugar adecuado? ¿Debería gritar más fuerte? Emprendiendo de nuevo el camino con tu vaso de agua fresca, sin beberla, porque quieres ofrecerla a alguien que tenga más sed que tú, pero te cuestionas ¿Merecerá la pena el sacrificio? ¿Alguien querrá lo que le ofrezco?

Camino, espero, desespero... mas aún no he dicho mi última palabra.

4 comentarios:

  1. Seguro que algún día merecerá la pena!

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  2. No importa cuan duro sea el camino, no hay que olvidar que la única forma de llegar es poner un pie delante del otro. ¿Te ayudo con la mochila? Un beso

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  3. Ana: así es. un pie delante de otro, sin mirar abajo, sin mirar atrás. Siempre hacia delante. Cada vez tengo más personas que caminan a mi lado avanzando junto a mí. Gracias princesa del guisante.

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