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jueves, 2 de diciembre de 2010

tecno-adictos

Que sí, que vale, que me he inventado el término "tecno-adictos" pero no sé cómo se les llama a las personas que son adictas a la tecnología. A decir verdad todos somos un poco tecno-adictos.

Estamos rodeados de tecnología, hasta para cagar dependemos de mecanismos y nos hemos vuelto dependientes de todas esas cosas que nos venden como "básicas", pero que la humanidad ha podido prescindir de ellas por milenios. Estoy harta de fregar los platos a mano, echo de menos mi viejo lavavajillas. Tener que calentar el agua con ollas al fogón pasó a la historia con nuestra nueva caldera. Dependemos de la nevera, de la vitro (afortunado el que la tenga que yo cocino con butano, mi nueva vitro se quedó en la otra casa), de la lavadora y la secadora, nos enganchamos al facebook, al blog (eeeeh! podéis seguir siguiendo el mío, que no me quejo de eso), al móvil y a la tele. Yo, además, dependo del coche y ahora se nos ha estropeado. En una urbanización es indispensable el coche hasta para llevar al colegio a los niños, por lo que todos estamos de vacaciones forzosas. Mi marido tiene que caminar media hora hasta el autobús para ir a su trabajo y gracias que puede combinárselo de ese modo.

Nos hemos vuelto cómodos, nos hemos aburguesado. Nos aterra lavar los platos a mano, lavar la ropa frotando, caminar más de dos pasos para ir a la compra. Abrimos un grifo y sale agua caliente sin pararnos a pensar en la suerte que tenemos que sea así. Damos por sentado que todas esas comodidades son un derecho en sí mismas, pero no lo son, son un privilegio y a veces hasta un lastre. Menos tele y menos Internet y más comunicación en familia. Menos coche y más paseos hacia el parque. Menos lavadora... oh, no, la lavadora es imprescindible, jejejejje, pero ya me entendéis. Somos privilegiados al tener todas esas cosas, pero lo bueno se vuelve dañino cuando esas cosas nos dominan y nos fuerzan a depender de ellas.

Doy gracias a mi viejo coche por estar estropeado, aunque nos va a costar un buen dinero arreglarlo, estamos teniendo unos días de descanso en familia, aunque mis paredes se están resintiendo. Mañana escribiré sobre ello. Dependemos demasiado de las comida en bandejas, la fruta plastificada y las cosas expréss. Estamos en la sociedad de las prisas, toda la tecnología va destinada a hacer las cosas más fáciles y más rápidas. Pero creedme si os digo que yo no tengo ninguna prisa en que el coche esté arreglado... hasta que se nos acabe la comida de la despensa, entonces lloraré por mi viejo renault.

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