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martes, 25 de enero de 2011

El niño robot


Hoy he tenido tutoría con la profesora de Samuel y, aunque ha ido muchísimo mejor de lo que me imaginaba, mi marido y yo hemos estado hablando sobre el tema.

Cabe decir que estamos encantadísimos con la profesora, que es una buena profesora y que todos tenemos un mal día o podemos estar equivocados en ciertos aspectos.
Hemos estado de acuerdo en que Samuel es un niño super inteligente y que se le da fenomenal las matemáticas y que ha dado un sprint enorme en la lecto-escritura. Pero tiene sus manías.

Tiempo atrás comenté que un día me dijo que mi hijo era "raro" y eso a mi me afectó mucho. Hoy he tenido la posibilidad de preguntarle los motivos y a lo que ella llama "raro" yo le llamo "las rarezas de todo el mundo" porque todos tenemos nuestras manías, todos tenemos el derecho de ser especiales en ciertos aspectos, porque si no fuéramos "raros" seríamos ROBOTS. Nadie somos idénticos a los demás y eso nos hace especiales como mi Hello Chicken. Y hay ciertas cosas que nos olvidamos que TODOS las hacemos. ¿Quién no se distrae cuando se está haciendo algo que no nos interesa o cuando ya nos sabemos las respuestas? ¿quén no necesita estar solo de vez en cuando? (bueno, vale, pues yo también soy rara) ¿Qué niño no tiene sus días malos o sus rachas malas? ¿Qué niño es perfecto?

Otra de las "rarezas" que le encontró es que es muy imaginativo y a veces no sabe distinguir la realidad de la ficción. Pero es pequeño y esa es una de sus etapas cognitivas, así que es algo normalizado en los niños y se le pasará. Por lo de imaginativo... creo que no es para nada negativo.

Cierto es que mi hijo no lo es (no es perfecto) y somos concientes de ello, pero para eso estamos los padres, para educarlo y guiarlo en el camino de la vida, pera darle herramientas que pueda utilizar cuando se encuentre con los problemas. Por ejemplo, ahora ya no le prohibimos ver los dibujos que tienen violencia (sea Gormitis, Digimon o Pokemon) sino que intentamos darle herramientas para que él sepa manejar esa violencia que encontrará en la calle y en la vida. 
No. Mi hijo no es un niño robot, sabe hacer muchas cosas y tiene muchas cosas que aprender en la vida.

Después de mucho hablar y reír hemos llegado a un acuerdo: que Samuel es un niño como cualquier otro, que tiene sus rachas, que hay que ser paciente y seguir trabajando con él. Que todos tenemos rarezas, que mi hijo tiene derecho de ser diferente. Y, aunque a él le gustaría, no es un niño robot.

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