If you want to translate the blog just select your language

miércoles, 12 de enero de 2011

Justicia vs. misericordia


Se cuenta la historia de dos hermanos que nacieron en el seno de una familia obrera. El hermano mayor era un niño espabilado y no tardó en hacerse con el patio del colegio. Su carácter extrovertido, inquieto e inclinado a entretenerse con travesuras, le hizo popular tanto entre los compañeros de clase como con el profesorado. El hermano pequeño siempre lo tuvo como referencia. Sin embargo, su carácter más apocado y su pasión por los libros le hizo centrarse más en los estudios y pasar desapercibido.
Ambos hermanos crecieron unidos compensando el uno al otro sus carencias hasta que llegó la adolescencia. Fue cuando las amistades que ambos escogieron les arrastraron por caminos diferentes. El hermano mayor  se desvió hacia una vida de delincuencia y el hermano menor acabó por sacarse la carrera de abogacía y fue ascenciendo hasta llegar a juez.
En un día rutinario, cuando el hermano menor estaba haciendo su trabajo, vio que el próximo en ser juzgado era su propio hermano. Los cargos que se le imputaban eran extensos y graves. Si aplicaba las leyes como debía solo había un veredicto: pena de muerte.

El hermano mayor sonrió al ver a su hermano pequeño subido al estrado. Esta vez también se saldría con la suya. Su hermanito jamás le condenaría. El juicio se llevó a término profesionalmente y llegó la hora del veredicto. Al mayor de ambos se le borró la sonrisa de la boca al ver a su hermano romper a llorar al dictar su veredicto: pena de muerte.
La justicia debía prevalecer ante todo... pero no podía dejar de lado el dolor que sentía al ver a su hermano dirigirse hacia la muerte, así que se levantó, se quitó la toga y dijo:
- Las malas acciones de mi hermano deben tener una consecuencia: la muerte, pero yo acataré la sentencia por él.
Así el hermano menor fue arrestado, esposado y conducido a la condena que merecía el hermano.


Ciertamente esta historia no puede ser cierta... ¿o sí? por nuestras malas acciones hay una consecuencia, una condena, sin embargo Jesús se la cargó a sus espaldas por amor a nosotros. Dios es justo. Dios da, y dará, a cada uno lo que se merece, pero no olvidemos que es un Dios de misericordia, que el perdón también está en su vocabulario. Porque si todo el mundo recibiera su merecido ¿quién quedaría en pie? Justicia y misericordia no están reñidas... gracias a Dios. Ahí entra el arrepentimiento, porque lo que hizo Jesús en la cruz fue por ti.

2 comentarios:

Entradas populares