Dí que sí, que los reyes magos son más españoles que el señor de barba blanca colesterolítico, pero es que este año me han estresado muuuuuucho. Mira que han hecho carta, han recortado juguetes y han hecho un collage... pero a la hora de ir a la tienda... nada de nada. Que el disfraz del Samuel lo quería para cumpleaños, que la casa del Pin y Pon de la Moira no la quería, al final solo la Hannah quería lo que inicialmente deseaba, un avión de la Hello Kitty, y justo la señora que tenía enfrente va y coge la última unidad en Stock. PA' TIRARME DE LOS PELOS.
En fin, que al final le cojo a cada uno lo que a los reyes majos le ha salido del refajo, porque claro, los niños no querían nada de su carta ¿y para qué la han hecho? me pregunto. Os juro que a este Rey Mago de poco le da un soponcio cuando entra al coche después de dos horas en la juguetería y de darse cuenta que su marido le había usurpado de la cartera el carné de identidad... menos mal que llevaba el carné de conducir que al efecto es lo mismo. Samuel y Moira se han puesto a llorar porque los Reyes magos no le habían comprado ni el disfraz ni la casa de Pin y Pon... y la tienda cerrando para hacer cambios.
Me pido un año sabático...¡ay no, que entonces no me libro del año que viene! habrá que buscar otros métodos más efectivos... tal vez el pito pito... la dedocracia... lo malo que es cada año me sabe mal y doy a elegir a los niños, hacemos alguna chorradita y... bueno, al fin y al cabo son niños. Seguro que les gusta el regalo que estos Reyes Majos le han comprado ¿no?.
Mi hermana cambió el día 23 de opinión sobre su regalo de Navidad... mi padre se plantó y le dijo que ni harto de vino. Al final quedó contentísima con lo que le trajeron!
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