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sábado, 16 de octubre de 2010

Super nanny

El otro día me hicieron un comentario por facebook sobre el blog, que ya me diréis porqué casi todos me comentáis cosas del blog por facebook y me dejáis seca la sección de comentarios del mismo blog. En fin, a lo que iba. Alguien, y no voy a decir quién y esta vez no ha sido Alba, ejjejej, bromeó con que necesitaba a la súper nanny para controlar a mis hijos.

Al principio de ser padres el libro de la súper nanny y yo éramos los mejores amigos, hasta que un buen día mis hijos me dijeron:
Si me porto bien ¿QUÉ ME DAS?
Y es que la súper nanny abusa de las recompensas. El método de la recompensa al final de la semana fue bien durante un tiempo, pero luego cogieron el concepto que se tenían que portar bien siempre y cuando obtuvieran algo a cambio. Dejamos de lado a la súper nanny para ser coherentes con nosotros mismos. Los niños no son unos perros a los que amaestrar, aunque sí que hay que ponerles unos límites, sí que hay que recompensarles por un trabajo bien hecho, pero no con cosas materiales. Jugar con ellos, hacer manualidades, hacer una fiesta de disfraces... esas son las recompensas que les doy a mis hijos.

Ayer Moira tuvo un día de esos y no es que mis hijos sean unos descontrolados, es que todas las personas que tienen hijos sabrán que los niños siempre están probando dónde está el límite de los padres, ellos quieren mandar y lo intentan cada día. Como no pudo con rabietas y con trastadas al final me preguntó ¿Por qué no me quieres?
Se me cayó el alma al suelo. Los niños son unos manipuladores de caballo. Pero esa pregunta me dio pie a hablar otra vez sobre el amor de padres.
Le expliqué que estar enfadado no quiere decir querer menos o dejar de querer, que aunque la quiero con toda mi alma le tengo que enseñar cosas que va a necesitar cuando sea grande. Que necesita saber que cuando desordena algo tiene que recogerlo, que todo acto tiene su consecuencia y que aunque me duele verla llorar la quiero tanto que esstoy deseando que acabe de recoger para poder estar con ella y parame media tarde abarzada a ella dándole besitos, pero primero tiene que aprender porque la quiero, por su bien.

La gente no ve con buenos ojos que deje llorar a mis hijos y que les deje libre cuando tienen una rabieta, pero no quiero que aprendan que mamá hace cualquier cosa para que no den el escándalo y que me pueden tener si patalean un poco o un mucho. No, les quiero más que eso y me aguanto la vergüenza para un bien mayor. En eso sí que tiene razón la súper nanny, pero no le pienso dar un regalito a final de la semana como a un perrito que le dan una galletita. Al fin ay al cabo los educadores son como los pediatras, cada uno dice la suya. Al final acabas mandando a la mierda a todos y usas el sentido común que para eso son tus hijos y los conoces mejor que nadie.

1 comentario:

  1. ole Damaris!!

    Sóc el Jordi, el que us va donar"classes" al curs d'animació sociocultural de santaco!! com estas??

    acabo de legir el teu relat de supernany i estic amb tu, mabaes de fer obrir més els ulls en algo que ja pensava i sempre és bo sentir que hi ha gent que pensa igual(més omenys) que tu.

    Lo més simple: SENTIT COMÚ

    Qunates criatures tens?? ja no ho recordo...quines edats??ondia...acabo d eveure el perfil i en tens 3!!!a tope!! super mamiii...jajajaj

    Una abraçada ben tendra i gran i quan pugui aniré llegint més relats, sort amb la Novela, amb ganes de legirla!!

    fins aviat.

    Jordi: 616 49 40 56

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