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martes, 26 de octubre de 2010

Números

A veces la desesperanza hace mella en los sueños y la desesperación coge las riendas de tu vida. La vida, a veces, no es aquello en la que puedes ser feliz y comer perdiz todos los días. A veces, sobretodo a fin de mes, te falta dinero o te sobran días en el calendario para hacer frente a los pagos. 
De vez en cuando surge mi yo que no me gusta, la que mira los números y se desespera. Odio ver cómo los números de mi cuenta corriente menguan lo suficiente como para recortar en zumos, flanes y otras cosas que, si algo no sucede, serán artículos de lujo en nuestra despensa. Mis padres sufren, pero no queremos preocuparles más de lo que ya hacen, porque lo nuestro se puede superar si se suprimen ciertos artículos. Lo próximo será Internet, es el último lujo que nos queda. 
No son los únicos números que bajan, también lo hacen el número de visitas en el blog, el número de horas que descanso, el número de días que me siento bien. Podríamos decir que no estamos pasando por uno de nuestros mejores momentos. ¿Quién no se preocupa por no llegar a fin de mes? Y me da rabia aquellos que dicen que están pasando por un bache económico y sin embargo llevan a sus hijos a extraescolares y les compran chuches al finalizar el día. Eso es un lujo que todavía nosotros no hemos experimentado. Los números bajan y las personas se quejan. Hoy no me gusto  a mi misma, porque me quejo demasiado y miro los números en exceso. Los números no son buenos para los sueños. Los míos, cada vez más, se ven achuchados por los cardinales haciéndoles ver que la realidad se impone a los deseos del corazón, que es preferible pisotear los sueño por tener un hogar caliente para tus hijos y un buen palto de comida en la mesa. Todavía no sé lo que es comprar pescado a mis hijos sin tener que hacer números para llegar a fin de mes... o comprarle un bote de nocilla sin decirnos: venga, este mes un capricho.

Hoy no me gusto, y me arrepiento de escribir todo esto en el blog porque me da la sensación que intento dar pena, pero nada más lejos de la realidad. Sería una hipócrita si escribiera cosas acerca de la superación y de la fortaleza cuando pretendo dar la imagen que soy una mujer fuerte y sin problemas, pero sé que los míos no son los únicos. Que hay cientos de familia igual a la mía y que, tal vez, al sentirse identificados conmigo podamos reírnos algún día de esta situación y volver a creer que los sueños son posibles, que llegar a fin de mes no es imposible y que algún día una madre pueda realizarse como escritora en vez de ser contable.

1 comentario:

  1. Te mando un abrazucho como dice mi hija mayor q últimamente todo lo termina en "ucho" u "ocho".
    Mi peque ha visto tu foto y dice "mi seño" (pq es rubia y lleva el pelo como tu en la foto).
    POr cierto nunca has pensado sacarle provecho a lo que se te da bien, por ejemplo, escribir y presentarte a algún concurso de cuentos o narrativa? eso te podría ayudar con los números... sólo haz una búsqueda en google de "concursos literarios" y te aparecen varias webs con concursos ordenados por fecha y puedes ver las bases y presentarte... los sueños no son imposibles si crees en ellos y yo creo que podrías ganar concursos con las letras, así q cambia los números por letras e intentalo, creo q te sorprenderás de lo que puedes lograr... un abrazo ;)

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