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miércoles, 27 de octubre de 2010

Moiradas- rígida


Moira: mamá quiero otro chubasquero.
mamá: pero si ya tienes uno.
Moira: pero no lo quiero de madera.

(EINS????)

superación


Ser padres es mucho más que cambiar pañales y llevar a nuestros hijos guapísimos de la muerte a la última moda. Es levantarte de la cama aún cuando no has pegado ojo porque el churumbel se ha venido a tu cama porque tiene pesadillas. Es llevarlos al colegio y quitarte de la boca lo que más te gusta para poderle pagar la excursión del trimestre. Es llorar hasta la extenuación día tras día cuando no te sientes los pies, ni el cuerpo por causa del cansancio. Es seguir corriendo, seguir luchando, seguir sonriendo por ellos a pesar de tener ganas de llorar. Es tomar decisiones que no quieres tomar, pero lo haces por su bien. Renuncias a cosas y sigues luchando. Sigues esforzándote para que tu hijo tenga lo que necesita, a pesar de no saber de dónde saldrán las fuerzas. Ves amanecer, anochecer y sigues luchando por ellos, sigues sudando por ellos y  a pesar de estar extenuados sigues corriendo y esforzándote por ellos. Te los echas a la espalda, respiras hondo y afrontas un nuevo día de luchas y satisfacción al ver que ellos no se dan cuenta de las penurias, de los sudores, de tu falta de respiración. Solo disfrutan de la vida, juegan, ríen, crecen y son felices. Ahí es cuando te das cuenta de que algo bueno estarás haciendo y sigues corriendo, sigues luchando por ellos. La carrera de ser padres no termina. Día tras día es una nueva etapa, pero al ver sus brazos levantados en señal de victoria tras una nueva jornada, tras un te quiero, tras una carcajada de tu hijo has sabido que ha merecido la pena. Por ellos merece la pena esforzarse y superarse. Mi instinto de superación nació con ellos. Por ellos.

Os recomiendo ver el siguiente enlace. Un video digno de ver.

martes, 26 de octubre de 2010

Samueladas- hoy por ti, mañana por mí.

¿Si te digo que nunca más voy a pegar a la Moira conseguiré algo?

(ese algo era ver los dibujos que estaban castigados)

Números

A veces la desesperanza hace mella en los sueños y la desesperación coge las riendas de tu vida. La vida, a veces, no es aquello en la que puedes ser feliz y comer perdiz todos los días. A veces, sobretodo a fin de mes, te falta dinero o te sobran días en el calendario para hacer frente a los pagos. 
De vez en cuando surge mi yo que no me gusta, la que mira los números y se desespera. Odio ver cómo los números de mi cuenta corriente menguan lo suficiente como para recortar en zumos, flanes y otras cosas que, si algo no sucede, serán artículos de lujo en nuestra despensa. Mis padres sufren, pero no queremos preocuparles más de lo que ya hacen, porque lo nuestro se puede superar si se suprimen ciertos artículos. Lo próximo será Internet, es el último lujo que nos queda. 
No son los únicos números que bajan, también lo hacen el número de visitas en el blog, el número de horas que descanso, el número de días que me siento bien. Podríamos decir que no estamos pasando por uno de nuestros mejores momentos. ¿Quién no se preocupa por no llegar a fin de mes? Y me da rabia aquellos que dicen que están pasando por un bache económico y sin embargo llevan a sus hijos a extraescolares y les compran chuches al finalizar el día. Eso es un lujo que todavía nosotros no hemos experimentado. Los números bajan y las personas se quejan. Hoy no me gusto  a mi misma, porque me quejo demasiado y miro los números en exceso. Los números no son buenos para los sueños. Los míos, cada vez más, se ven achuchados por los cardinales haciéndoles ver que la realidad se impone a los deseos del corazón, que es preferible pisotear los sueño por tener un hogar caliente para tus hijos y un buen palto de comida en la mesa. Todavía no sé lo que es comprar pescado a mis hijos sin tener que hacer números para llegar a fin de mes... o comprarle un bote de nocilla sin decirnos: venga, este mes un capricho.

Hoy no me gusto, y me arrepiento de escribir todo esto en el blog porque me da la sensación que intento dar pena, pero nada más lejos de la realidad. Sería una hipócrita si escribiera cosas acerca de la superación y de la fortaleza cuando pretendo dar la imagen que soy una mujer fuerte y sin problemas, pero sé que los míos no son los únicos. Que hay cientos de familia igual a la mía y que, tal vez, al sentirse identificados conmigo podamos reírnos algún día de esta situación y volver a creer que los sueños son posibles, que llegar a fin de mes no es imposible y que algún día una madre pueda realizarse como escritora en vez de ser contable.

lunes, 25 de octubre de 2010

En el país de los sueños




Entre el sueño y la vigilia, mi hija Moira y yo, hemos visitado el país de los sueños donde varias personas pueden soñar, ver y escuchar la misma cosa. Ambas hemos soñado con mi marido, las dos, creídas ya despiertas, hemos escuchado su voz y sentido su presencia. Moira se ha levantado a buscarlo y yo me he vuelto a dormir sabiendo que era imposible, ya que Carlos estaba en el hospital con mi hija pequeña.

¿Puede ser cierto? ¿Pueden dos personas soñar con algo al mismo tiempo? Sería mágico poder creer en un lugar donde las personas se encontraran en otra dimensión y pudiesen encontrar lo que desean. Soñar es bello, sobretodo si lo haces con lo que más anhelas.

Hoy me he encontrado en el país de los sueños con mi hija porque ambas echábamos de menos al cabezón de la familia... bueno, al cabeza de familia... no, al cabezón. Ha sido extraño, curioso y turbador. 
A mi no me gusta demasiado soñar, ya que siempre tengo pesadillas, pero reconozco que días como este me inunda el deseo de cerrar los ojos y dejarme llevar por Morfeo y encontrarme con alguien más. Me gusta interpretar los sueños, indican deseos y preocupaciones. Hoy añoraba a esa estufita que tengo por esposo y mi hija también... qué fácil sería poder reencontrarnos con seres amados y lejanos una vez que cerremos los ojos. Sería alentador y curativo. Sería precioso poderse reunir con los seres que queremos que ya no están con nosotros. Yo desearía encontrarme con mi abuelo: el gran Santiago Puga, del clan de los Puga. El que me enseñó a pintar, a que una boina se le podía llamar tapapiojos, a que aunque la parienta compre chocolate para los niños siempre hay un buen escondite para esconderlo y darse el gusto... EL GRAN SANTIAGO PUGA. El mejor abueliqui del mundo. Ojalá hubira un país de los sueños donde pudiera reencontrarme con él  y volver a verle.

Yayu: te echo de menos... te veo en el cielo.

viernes, 22 de octubre de 2010

Samueladas- RIP


Samuel: Estoy haciendo una poción de agua. Pruébala.
(La pruebo y está malísima) ¿qué has puesto hijo?

Samuel: babas, agua del grifo y agua blanca (Agua sucia del fregadero)

(Si no vuelvo a escribir es que no lo he superado. Ha sido un placer teneros en el blog)

jueves, 21 de octubre de 2010

Samueladas- bobesponjeado


Mira mamá, una palmera piña. Tiene que tener una puerta... ¿qué tienen las palmeras piña por dentro?

(No lo sé, como tampoco sé lo que tienes dentro de esa cabeza llena de pelo)

miércoles, 20 de octubre de 2010

Samueladas- y los cereales


Los cereales son de madera. Crecen en árboles de chocolate.

(La verdad es que los cereales de chocolate saben un poco a cartón ¿no?)

frío y escarcha

No me gusta el frío, o debo matizar que no me gustaba el frío. En Barcelona el frío es húmedo y te tragas todos los inconvenientes de las temperaturas bajas sin ninguno de sus beneficios. Bueno, no seamos tan generalistas. En Barcelona disfrutaba de las ventajas del frío de puertas para adentro: la estufa de aire caliente, la mantita en el sofá con mi maridito y mis niños... pero poca cosa más.

Aquí, más al norte, hace muuuuuuuuuuucho más frío. Acabamos de entrar en la segunda quincena de octubre y por la noche ya alcanzamos temperaturas bajo cero. Cuando llega el otoño, aquí hay una segunda primavera. Los rosales florecen, los campos reverdean, surgen las flores silvestres y los árboles entonan colores cálidos por doquier. Este invierno adelantado nos trae las nieblas, pero no nieblas de las que piensas "hoy no me he quitado bien las legañas" sino de las brumas que se pueden cortar con cuchillo y zampártelas para desayunar y la bella escarcha como preciosos diamantes en esa hierba que ha surgido por el rocío abundante de la noche. Lo más divertido es el aspecto de miúras que adopta toda persona que respira por la nariz. El vaho del aliento surge como un torito bravo.

Aquí, en mi hogar, porque aunque llevo un año viviendo en este pueblo ya me siento de él, he llegado a amar las cuatro estaciones. La primavera por sus flores y su verde, el verano por la brisa fresca y los beneficios de las hortalizas frescas de un huerto, el otoño por su segunda primavera más melancólica y bella y el invierno por su belleza exterior y su comodidad en casa con un libro en las manos y tu estufa de aire caliente.

Aquí merece la pena pasar las inclemencias del tiempo para ver cada día ese manto verde empalidecido por una capa de hielo brillante. Lo fascinante es que el sol no nos olvida y calienta la bruma, la escarcha y templa el frío para poder hacerte disfrutar de sus rayos y recargar tu ánimo de optimismo cunado éste llega a su cénit.

martes, 19 de octubre de 2010

Como un árbol



Hoy mi hijo mayor me ha sorprendido con su sabiduría, bueno, más bien con sus conocimientos sobre el bosque. Se ha puesto a contar las anillas de una rama para averiguar los años que tenía. Me he quedado mirando fijamente a mi pequeño retoño de olivo orgullosa por su curiosidad y su aplicación a la vida real de lo que sabe.


Los niños son como un hermoso árbol. Tu marido planta la semilla... ejem... jejejej. Crece en el interior de la madre y al cabo de un tiempo un pequeño brote surge a la luz sorprendiendo pro su belleza y su fragilidad. Los árboles crecen, como los niños. A los árboles se les puede contar los años por el número de anillas que hay en su tronco. A los niños por el número de veces que le has tenido que sacar el dobladillo de los pantalones.



Los adultos no somos diferentes. Un día dejamos de crecer a lo alto, pero no a lo ancho. A nosotros se nos puede medir los años de casados por el cinturón... que también refleja el paso del tiempo.


fotografía de Antonio Mas Morales

Querría añadir ¡qué triste es la vida cuando una se engorda! pero en realidad la vida es así. Son cosas que pasan, será por la tranquilidad de haber encontrado al hombre de tu vida, será por la depresión por haberte casado con un zopenco de aúpa, será por los embarazos, será por la felicidad... en mi caso ha sido por lo tercero, pero la primero todavía me ve preciosa por lo entiendo que mi perfil griego lo llamen la curva de la felicidad.

¡Aupa la alegría! ¿Cuántas anillas tienes en tu cinturón?

lunes, 18 de octubre de 2010

agua entre las manos

Cuando el día se te hace corto y las noches inapreciables las hojas del calendario se pegan haciendo imposible que su paso sea reconocible y suficiente.
Hay tantas cosas que hacer y tan poco tiempo para hacerlo... tanto cansancio que curar y tan pocas horas para calmarlo...

Escribo con los ojos cerrados, no con intención de concentrarme, sino porque simplemente mis párpados se han declarado en huelga y no quieren abrirse.  Me estresa la lista de cosas que tengo pendientes. Al menos este fin de semana he acabado unas pocas y dentro de unas horas volveré a la rutina. ¿Cómo encontrar un tiempo para relajar la mente cuando el poco tiempo que me queda en el transcurrir frenético de la vida lo utilizo para apaciguar el cansancio físico?

Hoy estoy melodramática, lo sé, pero me gustaría hacer tantas cosas para mí  que no puedo... restaurar las sillas y el banco de hierro, restaurar los muebles de madera, dibujar, acabar ese cuadro que empecé, leer "Los pilares de la tierra" de Ken Follet, acabar con mi libro...
El bache se ha superado, sé cómo va a seguir mi historia, sé lo que va a hacer mi personaje y cómo va a llegar a la próxima estación. El problema es el tiempo, siempre es el tiempo. Entre semana soy enfermera, cocinera, chofer, chacha, árbitro, juez, jardinera... y otras muchas otras tareas. ¿Cómo sacar tiempo para el ocio?
 Para quedar con los amigos hay que hacer una instancia al tribunal supremo. El problema es que con tantas cosas que hacer un solo día de relax no me serían suficientes.
El tiempo se me escapa de las manos como agua incontrolable sin poder detenerlo.

Querría seguir escribiendo, pero el deber me llama. El tiempo pasa y los niños no esperan. Hasta mañana... pestañead y veréis que el día ya ha pasado.

sábado, 16 de octubre de 2010

Super nanny

El otro día me hicieron un comentario por facebook sobre el blog, que ya me diréis porqué casi todos me comentáis cosas del blog por facebook y me dejáis seca la sección de comentarios del mismo blog. En fin, a lo que iba. Alguien, y no voy a decir quién y esta vez no ha sido Alba, ejjejej, bromeó con que necesitaba a la súper nanny para controlar a mis hijos.

Al principio de ser padres el libro de la súper nanny y yo éramos los mejores amigos, hasta que un buen día mis hijos me dijeron:
Si me porto bien ¿QUÉ ME DAS?
Y es que la súper nanny abusa de las recompensas. El método de la recompensa al final de la semana fue bien durante un tiempo, pero luego cogieron el concepto que se tenían que portar bien siempre y cuando obtuvieran algo a cambio. Dejamos de lado a la súper nanny para ser coherentes con nosotros mismos. Los niños no son unos perros a los que amaestrar, aunque sí que hay que ponerles unos límites, sí que hay que recompensarles por un trabajo bien hecho, pero no con cosas materiales. Jugar con ellos, hacer manualidades, hacer una fiesta de disfraces... esas son las recompensas que les doy a mis hijos.

Ayer Moira tuvo un día de esos y no es que mis hijos sean unos descontrolados, es que todas las personas que tienen hijos sabrán que los niños siempre están probando dónde está el límite de los padres, ellos quieren mandar y lo intentan cada día. Como no pudo con rabietas y con trastadas al final me preguntó ¿Por qué no me quieres?
Se me cayó el alma al suelo. Los niños son unos manipuladores de caballo. Pero esa pregunta me dio pie a hablar otra vez sobre el amor de padres.
Le expliqué que estar enfadado no quiere decir querer menos o dejar de querer, que aunque la quiero con toda mi alma le tengo que enseñar cosas que va a necesitar cuando sea grande. Que necesita saber que cuando desordena algo tiene que recogerlo, que todo acto tiene su consecuencia y que aunque me duele verla llorar la quiero tanto que esstoy deseando que acabe de recoger para poder estar con ella y parame media tarde abarzada a ella dándole besitos, pero primero tiene que aprender porque la quiero, por su bien.

La gente no ve con buenos ojos que deje llorar a mis hijos y que les deje libre cuando tienen una rabieta, pero no quiero que aprendan que mamá hace cualquier cosa para que no den el escándalo y que me pueden tener si patalean un poco o un mucho. No, les quiero más que eso y me aguanto la vergüenza para un bien mayor. En eso sí que tiene razón la súper nanny, pero no le pienso dar un regalito a final de la semana como a un perrito que le dan una galletita. Al fin ay al cabo los educadores son como los pediatras, cada uno dice la suya. Al final acabas mandando a la mierda a todos y usas el sentido común que para eso son tus hijos y los conoces mejor que nadie.

viernes, 15 de octubre de 2010

cura sana culito de rana

Hoy me siento como esta rana malita de morirse, por lo que no tengo muchas ganas de escribir, pero os dejo una reflexión:

¿Qué significado tiene cura sana culito de rana? ¿nuestros padres nos estaban comparando con el culo de una rana y pretendían que nos sintiéramos mejor? ¿Y por qué nos trataban como tontos diciéndonos "si no se te cura hoy se te curará mañana"? ¿Acaso no es obvio?

En fin. Me voy a la camita. ¡QUÉ MALITA ESTOY Y QUÉ POCO ME QUEJO!

jueves, 14 de octubre de 2010

Mosca cojonera

Hace tiempo que quería escribir sobre este tema, pero al final nunca me he puesto a  desarrollarlo. Estoy hasta los co**** de las moscas cojoneras. Parece ser que por aquí no se mueren ni con el frío las muy jodías.

Sí, hoy toca un tema un poco más frívolo. Llevo varios días matando una decena de moscas con el matamoscas ese de plástico que las chafa. Nada de esprais malolientes que te matan a ti y siguen las muy **** volando y posándose en tu frente. Y sin embargo siguen apareciendo moscas ¿de dónde salen? tengo las ventanas cerradas, la basura fuera en el lavadero... y siguen apareciendo como en una película de terror. 

Y lo bueno es que se posan en mí, será que estoy buena. Incluso los mosquitos. No os pongáis autan, me llamáis y punto. Cuando yo ando alrededor, a mi familia no le pica ni uno. Dicen que es el olor de la piel lo que les atrae, será que huelo muy bien. En definitiva que estoy muy buena (como no tengo abuela que me lo diga, bueno, tengo una abuela, pero no es la típica abuelita de cumplidos, es más bien de las que dicen "estás gorda").

Estoy tan harta de las moscas cojoneras como de las personas que son como unas moscas cojoneras. Todos tenemos una persona en la cabeza. Siempre están comiéndote la oreja con cotilleos, críticas, problemas y nunca se van. Son un molesto zumbido. Pero esas personas son felices en su revoloteo sin rumbo, solo quieren ir de un lado a otro molestando. Odio a las moscas cojoneras. Al menos los insectos se pueden matar con un zurriagado.

miércoles, 13 de octubre de 2010

autoexigencia

fotografía y poema de Antonio Más Morales
ESTAR EN MEDIO
Es tu vida
tu instrumento.
No tenses tanto la cuerda.
Se romperá.
No relajes tanto la cuerda.
Se aflojará.
En los extremos
nunca hay música.



La sociedad es cruel e insensata. ¿Quién dice que a los treinta tienes que haber estudiado una carrera, haber tenido éxito en el trabajo, haberte casado y tener hijos y ser una persona completa y exitosa?
La vida no es así y gracias a Dios que no es así, porque si a los treinta tuviéramos que haber hecho todo eso ¿qué nos quedaría pro hacer en los años posteriores?
Suficiente tenemos con sobrevivir a la infancia y no habernos quedados en el intento de se unos adolescentes deseosos de comernos el mundo y decepcionados por no haber podido efectuar esa curva de inflexión en la humanidad. Suficiente tenemos con saber qué queremos ser de mayor cuando todavía suspiramos por aquel mozo o aquella moza, cuando nuestras hormonas no nos dejan pensar con claridad. Nos obligan a acertar la carrera a la primera o a llenar tu pared con inútiles diplomas que, tal vez, jamás llegues a llevarlos a la práctica.
Nos taladran con el físico perfecto, la pareja perfecta, la familia perfecta y todo tiene que ser antes de los treinta. Por eso muchos de mi edad comienzan a tener una crisis existencial. El año pasado hice unos cursos del paro y todas las mujeres de treinta años estaban divorciadas. No hablo de una o dos, TODAS menos una mujer y yo. Todas coincidían en que este año había sido fatal para sus vidas, incluso una dijo que tenía diez amigas y las diez se habían separado en el 2009. Cuando llegas a los treinta te planteas ¿qué he hecho con mi vida? y como no has llegado a tus expectativas, a ese listón que la sociedad te impone, crees que eres un fracasado y rompes con tu vida anterior para comenzar de nuevo.

Creo que no me equivoco cuando digo que nadie ha llegado a los treinta siendo una persona de éxito en todas sus facetas. Si has conseguido el éxito profesional es porque has sacrificado el personal y viceversa. Y está bien, treinta años son pocos para conseguirlo todo en esta vida. No seamos tan exigentes como para pensar que somos unos fracasados. Si nadie lo ha logrado a los treinta será porque es prácticamente imposible. Es más ¿Quién ha conseguido éxito en todas sus facetas de la vida en su lecho de muerte?
No te exijas tanto. Tienes muchos años por delante. Pero no aflojes la marcha, la vida son tres días. Haz todo lo que esté en tu mano y el resto déjaselo al de arriba.
 

sábado, 9 de octubre de 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

Sueños

Fotografía de Juan Moreno Cobo para ver su obra en http://www.flickr.com/photos/jmorenocobo
Hoy he soñado algo bueno. Es algo que no me suele suceder. Siempre tengo sueños estrambóticos o pesadillas. Pero hoy ha sido diferente. Había publicado mi libro, No recordaba cuándo lo había acabado ni cuándo lo había registrado con su copyright, era algo que me preocupaba en el sueño, pero una mujer, por lo visto mi agente literaria, se había tomado la libertad de hacer todas las gestiones necesarias y publicarlo. Lo mejor es que a la gente le gustaba. Incluso uno de mis amigos me regalaba un ejemplar para conmemorar tal hazaña.

Me le levantado animada. Hoy he podido dejar a los tres en el cole y me pondré a escribir un poco. Es tarea difícil cuando no puedes concentrarte más de hora y media en la tarea de seguir con el argumento porque tienes que ir a recoger a los niños. Tengo ganas de verlo acabado, tengo la esperanza que algún día lo tenga entre mis manos y pueda oler sus páginas perfectamente impresas y con su tapa negra. Porque el libro era negro en el sueño. Es un color que le va bien a la historia. Negro y piedra de luna. Me gustaría poder compartir con vosotros, al menos, el prólogo, pero me han aconsejado que no lo haga hasta que no lo haya registrado con su copyright. 

Os dejo. Tengo ganas de ponerme a escribir. Siento no haber publicado la entrada de hoy hasta ahora, pero ayer estuve todo el día con los niños en casa ya que tenía el coche estropeado y no los pude llevar al cole. Carlos llegó cuando los niños ya estaban durmiendo porque el mecánico no le entregó el coche hasta las nueve y media de la noche. Acabé tan exhausta que le di un beso de buenas noches a mi marido y me fui a la cama. Suerte que he tenido este precioso sueño. Lo quería compartir con vosotros.

Samueldas- meteorología



A jesús le gusta que llueva. Tiene una regadera muy grande

jueves, 7 de octubre de 2010

Azucarada



El otro día por facebook me dijeron que tenía unos gustos muy azucarados. Fue una manera muy elegante de decir que eran empalagosos, jejjejej. Es cierto, no lo voy a negar. Luis Fonsi, Alex Ubago, Nena Daconte (que por cierto se han separado), Jason Mraz y el canto del loco son mis grupos favoritos de música. Entre las películas encontramos la SAGA CREPÚSCULO. Number one indiscutible junto a los libros de Stephenie Meyer. ¿QUién sigue diciendo que la religión es el opio del pueblo? En estos días el fútbol es el opio de algunos y Crepúsculo es el opio de otras. UEEEEEEEEEEEEEEE ¡¡¡ TEAM JACOB!!! Que vale hermanita ¡team Edward! y que conste que lo he dicho con la boca pequeña. En fin, viendo a esos especimenes a una se le van todos los problemas. UYYYYYYY que no me acordaba que ahora a mi marido le ha dado por leer mi blog, ejem... CARIÑO QUE TE QUIERO Y QUE NO TE CAMBIARÍA POR DOS DE VEINTE. Que una bromea por estos lares y luego el pariente me llama la atención. ¿Cómo iba a encontrar yo alguien mejor que mi niño guapo? En fin, todo esto porque he mencionado la saga crepúsculo, es que se me va un poco la olla y soy un poco friky con este tema. Con decir que me he leído 2 veces cada libro y me los compré en inglés para leérmelos también...


Bueno, eso. Otra película que me encanta es orgullo y prejuicio. Entre los libros está Mundo amarillo de Albert espinosa, la saga crepúsculo, y ahora estoy haciendo un repaso a la literatura inglesa. Me estoy leyendo algunos de los libros de Jane Austen.


Sip, soy azucarada. Mi marido dice que es lo mejor que tengo, que soy muy cariñosa y derrocho amor. Supongo que si alguno de mi antigua iglesia está leyendo esto alucinará en colores. Nunca he querido mostrar mi cara dulce a quien pisoteaba mi autoestima.
En fin. Soy azucarada, a veces hasta empalagosa, pero así es como soy y no quiero volver a esconderme. A quien le guste perfecto y a quien no... bueno, a nadie le amarga un dulce... ¿o sí?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Día para enmarcar



Sí, señores, ésta soy yo. El día se ha presentado bueno. 
No escucho el despertador, mi marido me despierta, me quedo con los niños, les despierto, les doy de desayunar, les preparo las meriendas para el cole... suena la alarma del cole ¡LLEGAMOS TARDE! nos vestimos a tres mil revoluciones, nos subimos al coche y a Samuel le da una rabieta porque no corre bien con la chaqueta puesta en la cabeza... sí, lo sé, pa darle hasta en el carné de identidad. Dejo al Samuel en clase y le tengo que explicar a la profesora porqué hoy viene con un ojo morado e hinchado y es que el señorito ayer se tumbó en el suelo y tiró del cable de una lámpara, bastante fea, de porcelana que trajo mi madre para la habitación de invitados y ¡anda que no es resistente la jodía! de poco le parte un ojo pero la lamparita no se ha llevado ni un solo rasguño.

Dejo a Hannah en la guardería, media hora más tarde de lo habitual porque he tenido que cambiar la ruta del bacalao y llevar primero a los mayores, y resulta que un tipejo me acorrala en una esquina acusándome que ayer el aboyé un poco la matrícula de su coche con la bola del remolque... que según él "no pasa nada porque la pongo bien con la mano y ya está" pero con una cara de mala leche de "como lo vuelvas a hacer te mato" y acusándome que la última vez que le habían hecho algo en el coche había denunciado al otro y le había caído un puraco enorme.... bla, bla, bla. Con la cara de mala leche que se gastaba era para haberle dicho "anda, buscapleitos, tomate un all bran y mañana hablamos" Pero como no me gusta discutir le he pedido disculpas (que por cierto, no recuerdo haberle dado a ningún coche ayer con la bola, creo que me he comido la bronca de otro, pero como todo puede ser he intentado ser pacifista y tragarme las culpas) 
De postre, como ayer no hice faenas de casa, me tocan hoy y tengo la casita un poco marrandusca. Y sí, lo tengo que hacer todo hoy porque mi marido se está volviendo un maniático de la limpieza y quiere toda la casa limpia para cuando venga en el la caldera. Y yo me pregunto ¿si friego los platos y punto? pues no, hay que limpiar toda la casa... Cuando un hombre se acerca a los cuarenta te dan ganas por cambiarlo por dos de veinte. En fin, qué se la va a hacer. Las manías vienen de serie y compré el pack entero cuando me casé.

Ahora mismo tengo la cara de amargada como la de arriba. Con las prisas, las broncas y la limpieza se me ha fastidiado el día. Esperemos que la cosa no vaya a más.

Ejem... escribo al medio día otro poquito desahogándome... ya que estamos...
Ahora mismo se acaba de callar Hannah, lleva una hora y veinte minutos de rabieta, patadas, empujones... y todo porque ahora hay una nueva moda que es ponerse a patalear justo cuando aparco en el cole de los niños. Y claro, las abuelas me dicen "vaya niña, sí que es llorona" "vaya genio que tiene la niña, ayer estuvo igual, sí que le dura poco el buen hunor" que me dan ganas de decirles unas cuantas cosas... pero la niña se las trae. Samuel y Moira se acaban de mear encima para llamarme la atención y el samuel gritaba "SUPERMAN!!!" saltando de una mesa al sofá. En fin. El día no mejora. Ahora mismo estoy llorando y mis hijos se han puesto a llorar de verme así. Si mañana no escribo no me busquéis, me he fugado.

martes, 5 de octubre de 2010

Moiradas- apreta fuerte


Moira: no soy una bichagaca
Mamá: eres una Moira
Moira: sí, mamá, ¡lo has apretado!

(quien dice apretar dice acertar...)

Ganas de hivernar

En estos momentos me gustaría ser un oso. El problema es que todavía no estamos en invierno y no es tiempo de las hivernaciones. 

Hoy me he pasado todos los ratos posibles durmiendo. No he hecho el huevo en la casa. Me he limitado a levantar a los niños, darles de desayunar, vestirles y llevarles a la guardería y al cole. Al mediodía darles de comer y cambiarles de ropa y de vuelta al cole y ahora, en la media hora que me queda, me echaría otro ratito más.
Este cansancio no es normal y me fastidia sobretodo porque no tengo la mente lúcida para escribir una sola página del libro. En septiembre habré escrito, como mucho, 5-10 páginas y eso me exaspera. Necesito escribir, me gusta escribir, pero no puedo. Mi cuerpo no me lo permite. Me cuesta, incluso, escribir estas líneas. Estoy un poco enfadada conmigo misma por no poder dar más de sí.

Por no poder... ayer ni pude acabar de ver Doctor Mateo. ¡Ni Bones! Me fui a la camita. Pero al fin y al cabo... no soy el mesías y mi cuerpo tiene un límite. Supongo que los excesos del fin de semana me han pasado factura. Ojo, que no me he ido de marcha, solo que he tenido visita en casa y hemos sumado 3 niños a los míos. Un mini campamento en mi casa es divertido, pero agotador. Ayer quería descansar y al final me llevaron a caminar por el pueblo para la fiesta del agua. Necesitaré varios días para recuperarme... y este fin de semana hay cumpleños y boda... en fin, que me mareo. Me voy a la cama... veinte minutos. Tendré que ir a recoger a los niños y darles la merienda... ah! y les he prometido hacer manualidades... ¿Por qué no podré mantener la boquita cerrada?

¡¡QUIERO HIVERNAR!!!

viernes, 1 de octubre de 2010

Samueladas- superniño


Samuel: Mis pies tienen rayos por dentro

Un error muy común

Fotografía de Antonio Más Morales titulada "A toda heridita...tirita"

El otro día vi por feisbuc una frase que me llamó la atención:

Los ERRORES no se niegan se ASUMEN, los PECADOS no se juzgan se PERDONAN, la TRISTEZA no se llora se SUPERA y el AMOR no se grita se DEMUESTRA.

 

A lo que algunas personas respondieron dándole al clic de ME GUSTA. ¿No hay un clic que sea "me gusta a medias" o "sí, pero..."? Me fastidia terriblemente que las cosas en este mundo tengan que ser blancas o negras. Me gusta o no. ¿Dónde nos hemos dejado la escala de grises? Hay una infinita lista de cosas que habría que matizar.

 

Supongo que mi fijación sobre el tema del dolor viene de la época que estuve deprimida. Aprendí muchas cosas acerca del dolor y me hierve la sangre cuando una tontería se dice al respecto.  Podría afirmar que tres de cuatro afirmaciones son ciertas, pero seguramente alguno de vosotros diríais un "sí, pero..."  Sin embargo, definitivamente la tristeza SÍ debe llorarse, es el primer paso para superarlo.

 

¿Por qué negamos el dolor? No por cerrar los ojos deja de existir. No por negarlo y luchar por no sentirlo va a ser más fácil superarlo. La tristeza viene por muchas causas. Elías tenía una tremenda depresión cuando quería morirse ¿y qué le dijo Dios? COME, BEBE y DUERME. Hay tristezas que se deben a un motivo físico. Sin embargo a Moisés Dios le dio a gente en la que pudiera delegar todo el peso que tenía en los hombros, para ser más llevadero. Era un motivo más emocional. Cada caso de tristeza hay que tratarlo de manera individual. No todas las tristezas se superan poniendo buena cara y diciendo "aquí no pasa nada". Aunque a otras les va bien.  La pérdida de un ser querido, como la de la enfermedad, es una tristeza que no se supera, se aprende a vivir con ella. ¿Qué manía tenemos con superar la tristeza o con no llorar?

 

Dios nos dio lágrimas para llorar. Utilicémoslas. No tengamos miedo en admitir que sentimos dolor, que estamos tristes, que algo no marcha bien en nuestras vidas. La recuperación comienza con el alma vacía de lágrimas. La humedad en el corazón no deja que las tiritas se adhieran. Recuerdo que me fue bien exteriorizar lo que me pasaba y día tras día lloraba menos. La bolsa de pus que tenía en el alma se iba vaciando. Llorar es bueno, lo que no es bueno es estancarse en el lloro. Es una fase del sufrimiento, pero no es la cura. La tristeza se llora, se analiza y se restaura el motivo. Hay que ser inteligente emocionalmente para darse cuenta de qué es lo que te produce ese estado de ánimo. Si lo necesitas llóralo, te ayudará, pero a la vez estúdiate e intenta poner remedio. Espero que no quedes como este huevo. Otra vez hablaré sobre las consecuencias del dolor, pero eso será otro día. Hoy no podía dejar de escribir otra paranoia mía sobre el dolor. 

 

¿Tu dolor es debido al cansancio o una enfermedad? ¿Tu tristeza es emocional? averígualo. Llora y cúrate. Puedes lograrlo. Yo lo hice. Me costó un año y medio de terapia, pero se puede lograr. No te rindas. No puedo contar las lágrimas que vertí en todo ese tiempo y las recuerdo con amargura porque nadie las comprendía, porque frases como ésta me decían que no estaba haciendo bien las cosas, que era débil por no parar de llorar. Luego me di cuenta que los débiles son ellos, porque no son capaces de enfrentarse al sufrimiento. Yo lo hice llorando a mares y luchaba con los ojos anegados en lágrimas. No te rindas. Llora si quieres, pero que tus pies no se detengan en la búsqueda del origen. 

 

PD: perdonar por ser tan pesada con este tema. Se nota que me llega.

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