If you want to translate the blog just select your language

jueves, 4 de noviembre de 2010

Poda

Ha llegado la época de la poda de árboles. No todos se podan en esta época, pero sí muchos de ellos.

Es curiosa la manera de podar un árbol. Cada uno tiene su época y su método, pero todos responden a un mismo motivo: para dar más fruto.

Me encanta la parra. En la casa de veraneo de mis padres y mis abuelos tenemos una que jamás se ha podado correctamente y el año pasado cogí yo la rienda de su cuidado. Es uno de los "árboles" que no se podan en octubre-noviembre, sino que se poda en la época que "llora" y es cuando cortas una rama y la planta comienza a soltar agua, chorrea como si estuviese llorando. Parece que sufra y que derrame lágrimas. Es cuando se debe podar. Se deben cortar todas las ramas que crezcan para abajo y las que hayan dado fruto el año anterior. Las otras se cortan dejando dos yemas.
Al cabo de varios meses, sobre Junio, se hace una segunda poda. Las ramificaciones que han dado fruto se corta por la segunda hoja por encima del fruto y las que no han dado se dejan a unos 60 centímetros. Hay que quitar todo zarcillo y todo brote joven.

Las personas somos como una vid. En nuestra vida crecemos desmesuradamente y necesitamos que de vez en cuando se nos pode, que se nos quite de nuestras vidas las cosas innecesarias para un bien mayor. Hay muchas cosas inútiles en nuestra vida que nos impide dar fruto. Cosas que tal vez sean vistosas, la primera vez que podé mi parra se quedó escuálida y fea, sin todas esas hojas grandes y verdes y muchas de esas ramas que proporcionaban sombra. Mi parra lloró, pero se curó y dio kilos y kilos de uva por primera vez en treinta años.
El sufrimiento en nuestra vida nos produce algo similar. A veces no entendemos porqué somos privados de ciertas cosas, porqué nos suceden ciertas desgracias, pero la verdad es que ese dolor transitorio nos brinda una oportunidad para crecer en la dirección correcta y dar más fruto.

Incluso hay árboles frutales a los que se les tiene que quitar la mitad de los frutos para que los que queden crezcan más grandes y carnosos. A veces la vida nos priva de cosas buenas para darnos algo mejor.
La poda es necesaria, las dificultades en nuestra vida también. Creo firmemente que aprendemos más en la adversidad que cuando el viento nos viene a favor.
Tal vez estés llorando como mi parra, pero si acabas de ser podado... no desmayes, aprende y espera. La primavera que viene lucirás unos frutos espléndidos. 

1 comentario:

  1. Yo publiqué esto en Protestante Digital hace algún tiempo:
    http://www.protestantedigital.com/new/nowleernoticiaDom.php?n=13178

    ResponderEliminar

Entradas populares