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sábado, 18 de septiembre de 2010

Alejandro Magno



Cuenta la historia que Alejandro Magno visitaba sus escuadrones en la batalla. Aquel día fue a conocer a uno que estaba teniendo problemas. La manzana podrida era un joven altivo e indisciplinado que manchaba todo lo que tocaba. Curiosamente también se llamaba Alejandro.
Todo el escuadrón posaba firme ante los ojos de Alejandro Magno mientras éste caminaba entre las filas escudriñando cada una de sus caras. Al llegar al joven Alejandro se paró en seco y le miró fijamente a los ojos. 

 - Me han dicho que te llamas Alejandro- pronunció con voz severa-. También me han informado de tus acciones- continuó. 
El joven Alejandro se irguió un palmo más, orgulloso de saber que el gran Alejandro Magno había oído hablar de él. 
- O cambias de actitud.... o cambias de nombre- ordenó.

El joven Alejandro menguó el doble de lo que su orgullo le alzó y no pudo levantar la vista del suelo, humillado.

Un clavo se hinca en mi alma ensangrentada al escribir el pensamiento de hoy. Me gustaría no tener que decir estas palabras, pero a veces alguien tiene que dar la voz de alerta. Soy cristiana, eso ya lo sabéis, pero los cristianos hacemos cosas que distan mucho de lo que Jesús, Cristo, nos enseñó. Juzgamos, condenamos, criticamos, apartamos, desechamos... y morimos ignorando el verdadero cristianismo. 
¿Dónde está eso de "no juzguéis, porque con la mesura que juzguéis seréis juzgados" (Mateo 7:2) o "el que esté libre de pecado que lance la primera piedra"? (Juan 8:7) ¿Donde están los seguidores de aquel Jesús que por hacerse amigos de bebedores, prostitutas y ladrones y comía con ellos, compartía su vida con ellos era juzgado, condenado, criticado, apartado y desechado? ¿Qué nos diferencia de aquellos a los que Jesús les dijo "No todos los que dicen Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos"? (Mateo 7:21)

Si Jesús, Cristo, pudiera hablarnos audiblemente, tal vez nos diría lo que Alejandro Magno:

O cambiáis de actitud o cambiáis de nombre (cristianos)

mi solución al problema en respuesta a vuestros comentarios 

5 comentarios:

  1. Me ha encantado. Sin duda, anoche estábamos en sintonía!

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  2. Hola Damaris.
    Hay una canción de Marcos Vidal que se llama Cristianos, que reproduce más o menos tu idea central.
    Es verdad que los cristianos muchas veces vivimos lejos de la dignidad de ese nombre. Pero pienso que solo somos "pecadores redimidos". Es muy difícil salir de este circulo vicioso si nadie nos dice cómo: Ya lo dijo el etíope: ¿Cómo lo sabré si nadie me lo explica?
    ¡TE ANIMO A QUE TU PRÓXIMA REFLEXIÓN VERSE SOBRE ESTO ÚLTIMO!
    Un abrazo!

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  3. Hola Nelson. Aunque estoy segurísima que tú sabrías explicarlo mejor, escribiré sobre ello. Te animo a que tú también desarrolles el tema. Ciertamente tendrás mejores argumentos que los míos al haber estudiado tantos años teología. Por lo que me gustaría que me ayudaras con la solución. ¿Trabajamos juntos?

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  4. Alejandro II.
    Alejandro Magno increpa a tu tocayo a que cambie de actitud o que se cambie el nombre. El tocayo entonces le pide que le enseñe a ser un digno poseedor de tan distinguida nomenclatura. Alejandro acepta y le da unos pocos consejos que su maestro Aristóteles le había dado en sus años de pueril formación.
    El Magno sabe que lo que engrandece a un ser humano (hombre o mujer) no es su cualidad inmácula, sino la capacidad de rectificar, corregir, asumir los errores y, por supuesto, empezar de nuevo.
    García --> aquí te dejo estas pocas líneas que se me ocurren "por lo pronto". Si quieres seguimos hablando del tema.
    Un abrazo.

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  5. Cierto Nelson. Mira el día de mañana (19 septiembre) para mí ésa es la actitud que hay que corregir. Todos cometemos errores, todos tenemos fallos, todos tenemos que asumirlos, rectificarlos y empezar de nuevo. Ser dignos de ser llamados cristianos no radica en no fallar, sino en la actitud que tenemos frente a nuestros fallos y los errores de los demás.
    Araujo--> un abrazo.

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