If you want to translate the blog just select your language

sábado, 25 de septiembre de 2010

Dejando huella

Cada día caminamos por el mundo con los hombros caídos sabiendo que somos demasiado pequeños para ser importantes. Que nuestra insignificancia en este universo, demasiado alto, ancho y profundo como para poder abarcarlo con el pensamiento, es demasiado palpable como para dejar huella en la arena de una orilla que se llevará tus pasos con las olas. 

Cada día caminamos suspirando por nuestra pequeñez, sin embargo, en el anonimato, somos alguien para alguien. En algún momento de nuestro vagar por este mundo de sombras alguien nos ha visto. Todos iluminamos la oscuridad de otro ser, aunque lo hagamos en la ignorancia. El problema no es que seamos invisibles para el mundo, el problema radica que las personas se callan lo bueno atragantándose con el aire que no sale. 

¿Por qué tenemos tanto miedo en decirle a otros lo importante que son para nuestra vida, el bien que nos han hecho sus palabras, o le hemos dado gracias por el simple hecho de existir? La única caricia que duele es la que no se da. Las palabras mudas se pierden en la nada. ¿Quién te recuerda por lo que no dices? ¿Quién te ama por el amor que no das? El temor a hacer el ridículo ante una demostración de afecto es un mal menor ante los beneficios que puedes alcanzar. Todos somos grandes, pero nos empequeñecemos cuando atamos nuestras manos a la espalda aguantando un abrazo o anudamos nuestra lengua para no pronunciar un "te quiero"

Me gustaría gritar a los cuatro vientos cada nombre que tengo tatuado en el alma. Mi familia, mis amigos... lo sois todo para mí.

No pienses ni un solo segundo que en mi corazón ya no hay lugar para una persona más. Tú no eres pequeño, no lo eres para mí.
No sé quién me lee desde cada uno de los dos continentes que me visitan a diario, pero eso no me impide reconocer que hay un cuerpo emitiendo calor a decenas, o miles de kilómetros de distancia,  con  un corazón cercano al mío.
Gracias a todos aquellos que me habéis hecho saber que estáis ahí, que compartís vivencias y sentimientos, de forma pública o privada. Cada visita que hacéis dejáis huella, porque siento que mi alma plasmada en una fría pantalla se calienta con vuestros alientos leyendo mis pensamientos alrededor del mundo. No sois pequeños. No lo sois para mí. Gracias por estar conmigo. Gracias por compartir mis pensamientos. Me hace sentir menos sola en este inmenso universo.

Siento volveros a poner una fotografía de Antonio Más Morales, va a ser una costumbre para mí. Si podéis visitar su obra hacerlo, merece la pena. Ésta se titula:

poema y fotografía de Antonio Más Morales
Tus huellas
 
Ya nada es igual.
Has cambiado este instante.
Y el siguiente.
Cada mirada,
cada palabra,
cada simple gesto tuyo
cambia el mundo.
Dejan tus pasos
eternas huellas.
Y no lo sabes.


Acabas de leer el pensamiento de hoy, has dejado tu huella. Gracias. Ya nada es igual para mí.

2 comentarios:

  1. Hola muy bueno como va la family...
    Bety y Fernando Filgueira

    ResponderEliminar
  2. Hola Bety y Fernando! es un honor teneros por el blog! La familia va muy bien, los niños preciosos, traviesos y felices. Hoy se han levantado tempranísimo. ¿Te peudes creer que son las sietes de la mañana y sábado y para ir al colegio los tengo que arrastrar feura de la cama? en fin, cosas que pasan. ¿Qué te voy a decir a ti que tuviste más que yo? ¿y vosotros cómo estáis? Es un placer tenemos en el blog. Un abrazo

    ResponderEliminar

Entradas populares