If you want to translate the blog just select your language

viernes, 10 de septiembre de 2010

Cuestión de perspectiva

Nadie está contento con lo que tiene, es una realidad muy triste. 

Cuando tenemos trabajo deseamos un descanso, cuando descansamos nos quejamos por la inactividad. Siempre queremos un trabajo mejor pagado, una casa más grande o un coche más potente. Cuando estamos solteros soñamos con la persona amada y cuando la conseguimos añoramos la independencia que teníamos antes. ¿Por qué no podemos disfrutar de la vida?

Reconozco que a mí me ha costado mucho aprender la lección. Cuando trabajaba me quejaba por el estress de la vida laboral y familiar. Cuando dejé de trabajar me lamentaba porque económicamente íbamos más apretados. Desde pequeña siempre he querido ser mayor y siempre he tenido la vista puesta en el futuro. Ahora me doy cuenta de que esa actitud ha servido solo para no ser feliz. Todas las circunstancias tienen su parte buena y su parte mala. Nunca viviremos en la perfección y tropezamos con una gran piedra cuando comparamos nuestra situación con otros.
Siempre habrá alguien que tenga una casa mejor, un coche mejor, una familia, aparentemente, más ideal que la tuya. Lo que no vemos es que esa persona tampoco es feliz, porque, a su vez, verá que hay otro que posea mejores cosas que él.

¿Sabíais que este año iba a ir a la universidad? y al final no se ha podido por motivos económicos. Al mismo tiempo no me han concedido las becas de comedor de mis hijos, por lo que no me puedo permitir, ni siquisera, aceptar un trabajo, porque todo el sueldo se me va en comedores y guarderías. Sin embargo, pienso que aunque mi casa esté un poco destartalada , que es una peazo de casa, y mi coche se caiga a trozos, que todavía funciona como por arte de magia, aunque no nos podamos permitir muchos lujos como ir al cine o al mc Donalds, que sí que voy, pero solo por los cumpleaños... sé que voy a poder disfrutar de mis hijos todos los días. Que aunque me gustaría tener más cosas, tengo todo lo que necesito. De esta manera podré gozar de un año más junto a mis pequeños. 
¿Acaso no es eso una tremenda bendición? Dejemos de contar la felicidad en euros y contabilicémosla en besos y abrazos.

Ahí va otra de mis frases lapidarias:

 DEJÉ DE QUEJARME POR NO TENER ZAPATOS CUANDO VI A ALGUIEN QUE NO TENÍA PIES.

2 comentarios:

  1. Muchas felicidades escribes muy lindo y como siempre digo, el conformarse con algo innecesario no es mediocridad es un DON!!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias Anónimo (sí, con mayúsculas porque al no saber tu nombre así te llamo, jejej) mediocre solo se siente aquel que no tiene suficiente con lo que tiene, ya que menosprecia lo que ya posee. Así que estoy de acuerdo contigo, es un DON contentarse con las bendiciones que ya disfrutamos.

    ResponderEliminar

Entradas populares