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lunes, 6 de septiembre de 2010

Inteligencia "colorá"






¿Habéis escuchado alguna vez esa frase "eres más listo que los ratones coloraos?




Jamás supe el porqué de su significado hasta el día de hoy y me lo ha enseñado un roedor demasiado listo.
Desde hace un par de semanas nos dimos cuenta de que teníamos un ratón en casa y pusimos de esas trampas que se ven en los dibujos animados en los que pones un trozo de comida y una especie de pinza metálica le engancha el cuello. Pues bien, mi ratoncito se zampó la comida sin ni siquiera sufrir rasguño alguno.
Así que compramos un aparato que, en teoría, ahuyenta a los roedores emitiendo ondas. No tardó mucho en dejarnos regalitos en forma de cacas justo debajo del artefacto (como diciendo "pa' ti, pringao").

No nos dejó más remedio que comprar una especie de pega muy cruel para el roedor, pero que lo atraparía eficazmente. No nos podíamos permitir el lujo de probar mata ratas menos dolorosos para el animal, pero menos efectivos, ya que rondaba por la comida que se comen mis tres hijos. Entre la salud de mis hijos y el dolor de un animalito... tuve clara la elección.
Pusimos un cartón con dicha pega y trozos de comida en el interior de la zona pringosa. Al día siguiente había caído. Cuál fue mi sorpresa que al encender la luz de la cocina vi a otro minúsculo ratón huyendo del lugar del crimen donde su amigo todavía seguía retorciéndose en el cartón intentando huir de una muerte más que segura.

Hemos probado de ponerle plástico con la pega, cambiar de tipo de comida en la trampa... pero el nuevo ratoncito jamás cae, porque sabe que no le espera un banquete fácil, sino que le acecha la muerte tras esa escena familiar. Hoy le he vuelto a ver y nos hemos mirado varios segundos, desafiándonos.

Me gustaría que las personas tuviéramos esa inteligencia roedora. ¿Quién no ha caído en los errores del prójimo pensando "a mí esto no me va a pasar"? Pero lo cierto, y por desgracia, es que siempre pasa. La historia siempre se repite. ¿Por qué no somos capaces de aprender de los errores del prójimo? ¿No nos ahorraría eso mucho sufrimiento inútil?
Las personas somos orgullosas. Yo también he caído en ese error. Alguno podríais decirme: el ratón es listo, no se le puede otorgar el grado de inteligencia. A lo que yo replicaría: "Ser listo es aprender de tus propios errores, pero ser inteligente es aprender de los errores de los demás"

Hoy me gustaría dejaros con ese pensamiento. Deberíamos aspirar a una inteligencia colorá, tal vez las cosas nos fueran mejor en la vida.

1 comentario:

  1. Que el ratón pequeño era su hijooo!!!!! Cuidado, creo que el ratocito-hijo esta preparando su venganza junto con sus 34 hermanitos. No va a haber papel pegajoso en toda Caldes para tanto raton...

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